
Imaginad por un momento que no tuviésemos electricidad. Al fin y al cabo tampoco hace tanto de esto. Los ordenadores fuera. Por supuesto, ni blogs, ni correo electrónico. Vuelta de nuevo a las cartas manuscritas. ¡Uf! Con lo que me costaba escribirlas. Eso de salir por la noche, olvidaos. Ni discotecas nocturnas ni nada de eso. Para el verano tenemos luz hasta las 9 y media pero, ¿y para el invierno? Hay días que la luz se va a las 4 y media de la tarde. Claro, que las calles estarían iluminadas con candiles y los encendería el sereno. Bueno, y eso de comprar infinidad de ropa... pero si luego habría que lavarla a mano. La televisión sería un engorro porque sólo estaría para ocupar sitio. ¿El microondas? Jajajaja! No hijo no! Y el frigorífico... bueno, recordáis las antiguas neveras. Huecos excavados en la tierra, tapados por arriba con un montón de piedras y que se llenaban de nieve del invierno.
Con la nevada de estos días 5 localidades del maestrazgo se han quedado sin luz. ¿Cuántas más cosas necesarias en nuestra vida actual dejarían de funcionar? ¿Lo habéis pensado?