
Este sábado voy a ir al concierto del buenorro de Alejandro Fernandez. He quedado con dos locas así que seguro que nos pegamos con las quinceañeras para poder ponernos pegadas al escenario. Creo que van a necesitar servicio de limpieza para poder ir quitando toda la baba que se nos vaya cayendo al suelo. Él se pondrá a cantar en el escenario y de repente bajará la vista y me verá entre el público. Me sonreirá (yo me desmayaré) y se enamorará perdidamente de mi. Me pedirá que vaya detrás del escenario cuando el concierto termine y allí se dará cuenta que no puede vivir sin mí. La gente dirá "No sé que le ha visto a esa chica, si es normalucha" Y a mí me dará igual, porque sé que lo que hablará es la envidia. Y nos amaremos eternamente. Despediremos un halo de felicidad y olor a mermelada de fresa. A mucha gente le daremos asco de lo felices que estaremos. Y alcanzaremos juntos el cielo.