Cuando escribo aquí, cuento las cosas tal y como las pienso en el momento. Esto es peligroso porque la gente se hace una idea diferente a lo que normalmente pensarían de mí si me conocieran en persona. Normalmente cuento las mismas cosas más o menos. Cuando cuento cosas malas que me han pasado, las cuento de manera graciosa y riéndome de ellas. Cuando hablo de amor o de desamor voy de chulita y parezco la persona más dura del mundo. Generalmente la cara de la moneda que doy es la de tener bastante mala leche y de ser super abierta. En realidad, lo de ser super abierta, es mentira. En realidad, me da bastante vergüenza tratar con la gente. Lo de la mala leche es verdad, aunque también he de decir que he aprendido a trasformar mi tristeza en mal genio. Cuando estoy triste, no hay quien me respire cerca y parece que esté enfadada.
Cuando trabajaba en Barna, la gente creía de mí que era muy fiestera, cuando en realidad no lo era. Sólo que aguantaba de fiesta hasta las 4 de la mañana siendo que al día siguiente había que trabajar. Claro, que me daba lo mismo que hubiese que trabajar o no, simplemente ese es mi tope. Y no es la edad, siempre he aguantado lo mismo. Además tengo tolerancia cero al alcohol, así que se pensaban que bebía bastante porque me veían contentilla cada fiesta. En realidad con la primera copa ya voy de medio lado y no aguanto muchas más.
Últimamente estoy bastante sensible y me entran ganas de llorar con oír una canción romántica. Pero, por supuesto esto no lo admitiría si tuviese que dar la cara y como mucho admitiría que se me ha metido humo en los ojos. Me imagino que también me afecta el tiempo, frío y nublado. Espero que llegue la primavera para que me altere los sentidos.
Bueno, que si veis a alguien totalmente diferente a lo que yo escribo aquí, dad por seguro que soy yo.
13 diciembre, 2005
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