Este sábado estuvimos de cenita con mis amigos. Me encanta. Nos fuimos los que hemos estudiado juntos a un italiano. La sensación es genial. Te juntas un grupo con el que te llevas bien y cenas estupéndamente y luego a echar unos cubatas por ahí. Al final llegamos a casa con regalitos de la cocacola, mochilas, bolis, protectores labiales y bufandas.
La verdad es que la vida, tampoco está tan mal ¿no? Sobre todo cuando te quitas de encima los lastres que hacen que en vez de flotar te restriegen la cara por la tierra. Quizás no merezco mas que lo que tengo actualmente, que no es mucho, pero tampoco se está mal así.
Además hoy, llueve, está negro el cielo pero, aquí en mi amada ciudad, harán unos 17 grados centígrados. Algo que anima a cualquiera, bueno a cualquiera no sé, a mí sí desde luego!