06 marzo, 2007

A flor de piel

Tengo el concepto de mí, de que soy muy dura. Las cosas malas no me suelen afectar mucho porque me olvido de ellas o porque intento no pensar en ellas.
Hoy la señora de la limpieza me acaba de contar el entierro de su madre y de que todos sus hijos y sobrinos, estuvieron allí sin cantearse apoyándola a ella y a su hermana. Lo ha contado de una manera que de repente, me he acordado de mi yayo Luis, que fue al primero que enterraron. Y me he acordado de que estaba entera completamente hasta que vi, como lo metían dentro del nicho y me di cuenta en ese momento que nunca más le iba a ver y... no lo he podido evitar, me he echado a llorar en mitad del café. Se ve que estoy sensible.