01 febrero, 2006

Fumada


Nos creemos la leche y no dejamos de ser seres microscópicos y ridículos. Creemos que somos el ombligo del universo. Ay! Y cuando despertemos de este sueño que ata nuestras almas nos daremos cuenta de la realidad. Somos unos seres que inundan un electrón de un átomo que es el sistema solar. El sol es el núcleo. La Vía Láctea es la molécula. Somos parte del aire que respira un gigante. Jamás nos daremos cuenta de ello porque somos tan insignificantes que hasta el tiempo que para nosotros es tan importante no deja de ser una millonésima de un microsegundo del ser gigante que nos respira. En realidad, todo es infinito. Todo crece hacia los dos extremos. Seres gigantescos y seres pequeñísimos que seguro viven dentro de los electrones del aire que respiramos, creyéndose a su vez que son el ombligo del universo.