16 marzo, 2006

Casualidad

A pesar de tener que estar de viaje por Florín, hago un alto en el camino y esta barbie geisha os cuenta la siguiente historia para que veáis que las casualidades a veces son demasiado casualidades. Ah! Y que conste, como he explicado en otros artículos, que para mí, sí existe la casualidad.
Mi compañera de piso es una de mis amigas. Es la que en otros artículos llamo “la poli”. Bien, pues hace 5 años para estas fechas más o menos celebramos las 2 nuestra despedida. Ella se iba a Inglaterra y yo a Barcelona. Evidentemente yo era la que más volvía a Zaragoza. Cuando ya estábamos las dos en Zaragoza en septiembre del 2004 decidimos irnos juntas. Ella estaba en paro y yo con unos trabajos de pena. Justo una semana antes de entrar al piso, las dos encontramos trabajo. Más tarde, para julio su novio la dejó a ella y en agosto el mío a mí. Unos meses más tarde yo recibí un sms de mi ex (se había equivocado) y ella otro de su ex (el suyo no se había equivocado). Pero, esto sucedió el mismo día. Y esta semana, se nos acabó la batería del móvil a la vez. Jajajaja! Ya, ya sé que lo último es una estupidez pero... Igual en otra vida ella fue mi marido o yo el suyo y repetimos historia.

Que dulces estos destierros


He saltado verjas para andar sobre andamios sobre el rompeolas de la Concha a plena luz de la luna. He navegado en velero y en catamarán, mientras la brisa húmeda golpeaba mi cara. He corrido como el viento perseguida por una jauría de humanos. He saltado de las alturas para caer sobre las pacas de paja. He probado las drogas. He hecho el amor en los parques. He enamorado y me han enamorado. He estado el las Fallas, en el Torico, en los San Lorenzos, en la feria de Abril, en los San fermines, en la Merced y en los Pilares. ¡Ah! Y en las fiestas de Salamanca que no sé cómo se llaman. Me he sentido la mejor y en ocasiones la peor. He enloquecido y he vuelto a la cordura. He permitido que mis caballos cabalguen solos y que el cochero duerma un rato. Y ahora pienso...me quedan cosas por hacer? Sí claro pero, no se puede decir que no haya aprovechado y disfrutado cada momento. Levantad vuestras copas y brindad conmigo por cada segundo de nuestras maravillosas vidas. Y con permiso, cambio un poquito la poesía en cuestión:
Ay! Qué corta es esta vida
Y qué dulces estos destierros
Esta fiesta, estos cielos
en que el alma está metida.