Estaba trabajando en Barcelona, en un edificio al lado de Gala placidia. Era el edificio por aquel entonces de Acesa, las autopistas. Estábamos en un piso 6º si mal no recuerdo, cuando de repente entró un compañero de la otra consultora. Muy serio y con una mueca que reflejaba un poco de susto nos dijo que teníamos que bajar que había aviso de bomba y que la policía estaba abajo del edificio. Pensé que era broma hasta que me giré y le ví la cara. No funcionaban las alarmas y hacía 15 minutos que habían vaciado el edificio pero, nosotros seguíamos tranquilamente dentro. Me empecé a asustar un montón. Mi reacción no fue ni medio normal. Una compañera nos dio instrucciones: “Bajad por las escaleras, no utilicéis el ascensor, en orden, con tranquilidad pero rápidamente” Ella empezó a abrir las puertas del resto de la casa donde estábamos para ver si había gente. Avisó a todo el mundo y cuando salían cerraba las puertas para saber que esa estancia ya la había mirado. De repente se acordó de otros compañeros que estaban en la planta 8ª y los llamó por teléfono para avisarles que bajaran ya. Con todo esto yo pensé: “Sí le avisaré pero, les llamaré por teléfono cuando esté bien lejos, lo siento pero yo no me paro” Bajé a toda velocidad por las escaleras, en un tiempo record. Y cuando salimos a la calle…teníamos toda la manzana acordonada. Un policía empezó a chillar: “ Dios! Pero, aún queda gente dentro! Rápido! Largaos bien lejos! Corred!” Lo cual hizo que todavía me pusiera peor. Me eché a llorar. Cortaron la calle y ampliaron más el cordón policial. Mis compañeros querían ver que pasaba bien pegaditos al cordón pero, yo estaba llorando y temblando, así que se me llevaron lejos a tomar un café. Cuando regresamos todo se había despejado y no había pasado nada. Pero, si hubiese pasado, yo me habría portado fatal y ni siquiera mi mente racional hubiese vencido en esa lucha con mi mente irracional.
No sólo he tenido reacción estúpida aquella vez (lo de estúpida es porque ni siquiera me ayuda a mi propia supervivencia, si no que más bien es como ponerme la zancadilla a mí misma), la he tenido en unas cuantas veces, así que no os fiéis de mí en momentos críticos (de los de verdad, de los que te va la vida en ello), porque mis reacciones no son buenas.
29 junio, 2006
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