30 marzo, 2006

Teoría de la belleza

Conozco a una mujer (X) que es odiada por otra (Y) que le hace la puñeta todo el rato. La verdad es con Y ya tuve yo en su día unas palabritas por hablar mal a las espaldas de otra conocida. Alguna vez le han dicho que le tiene envidia. Y ella se pregunta por qué, ya que Y cobra más, tiene mejor piso, mejor coche, ... bueno que no se puede quejar de la vida que tiene y cualquier persona se daría cuenta que al parecer su vida es más exitosa que la de X. Bueno pues yo tengo una teoría muy particular. No creo que sea porque X sea una super luchadora ni nada por el estilo si no que más bien atiende a motivos mucho más vanales. Creo que es a causa de su belleza y de su simpatía. X es muy guapa y tengo pruebas que lo avalan. Si salimos por ahí de marcha tenemos que estar espantando moscones de su alrededor, si entramos a un bar, se gira medio bar para hacerle la radiografía... Y encima es muy simpática y sonriente, lo cual a la hora del trabajo quita credibilidad. Sinceramente, antes se piensa que una persona con mala hostia es buen trabajador, que de una persona sonriente y simpática. Es una pena pero, es cierto. Y mi teoría continúa si hablo de la belleza de Y, bueno, más que de la belleza, de la carencia de ella. No digo que todas las personas carentes de belleza odien a las que poseen gran cantidad de ella. Sólo digo que a veces ser realmente bella abrirá algunas puertas pero otras veces es más bien un inconveniente. ¡Ah! Y conozco algún que otro caso similar.

Semana Santa

Y luego dicen de mí que soy un poco despilfarradora! Veamos: Por aquí he estado leyendo que si la una se va a Marruecos de viaje, que si el otro está pensando hacer un mega viaje o comprarse un aire acondicionado. Y yo mientras tanto me sobran 11 días del año pasado de vacaciones, así que he solicitado la semana de después de Semana Santa enterica. Y ¿a dónde voy? ¿Me marcharé al extranjero en un viaje glorioso? Pues no hijo no. Toda la vida he sido pobre y ese estigma no desaparece así como así. Por lo que sigo pensando como tal. Así que me voy a casa de una amiga en Barcelona a aprovecharme de su casa y así me iré a la playa. Cuando me pregunten: ¿Y tú dónde vas esta Semana Santa? Contestaré, “Nada, chico, a la playa a tomar el sol y relajarme” ¡Ja, ja, ja! ¡Como si estuviese muy estresada! Así que volveré sonrosada porque decir que volveré morena sería mentir como una bellaca. Que mi piel no sabe que leches es eso. Ya me contaréis qué vais a hacer vosotros.