05 abril, 2006

Una sola lágrima


Escuchando a Paco Bello a dúo con Bebe y de repente, de repente he sentido añoranza de sentirme amada.

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Era un hombre que había alcanzado el sumun de la estupidez. Era inmensamente feliz porque no sabía de ningún mal ni de ningún bien, pero lo que no se sabe no te puede hacer daño y claro, el hombre en cuestión no sabía nada. Si hacía algo mal culpaba a otro. ¡Pobre estúpido! ¡Cómo iba a ser él culpable de algo que no sabía! Nunca rompió ningún plato porque nunca fregó ninguno, si él no sabía. Nunca le amaron pero, nunca tuvo el deseo de ser amado y nunca sintió amor por nadie. Con lo que nunca sufrió ningún desengaño. Además si alguien le engañaba, él no notaba nunca el engaño y seguía creyéndole a pies juntillas. Ni siquiera intuir, no, ese era un sentido del cual no le habían dotado en su creación. Era tan estúpido que el día que murió nadie le recordó nunca más. Y en su tumba sigue escrito:”Aquí yace una persona que siempre fue feliz”.