13 febrero, 2006

San Valentín

¡Hondiá! Si se me ha debido estropear el móvil. Vamos, mañana es el super importantísimo día de los enamorados y todavía no he recibido los cienes y cienes de llamadas telefónicas invitándome a cenar. No lo entiendo. Voy a tener que llamar a Amena y echarles la bronca. Seguro que me están reteniendo las llamadas y los mensajes. ¡En fin! Y además teniendo en cuenta que vivo sin vivir en mí durante 364 días al año porque sólo soy capaz de disfrutar uno, el 14 de febrero. Ooohhh! Qué bonito! ¿Quién lo inventó? ¿El Corte Inglés? Vamos me juego el cuello. Además que últimamente, desde que dejamos de ser ese país en vías de desarrollo, van inventando más y más días del gasto. El día del padre, el día de la madre, el día del espíritu santo... Bueno, hace poco descubrí que las pagas extra las sacaron en época del Generalísimo para promover el gasto interno y movilizar la economía del país. Ahora como no inventan la doble paga extra pues nos sacan días por todo el morro. Ah! Que conste que nunca (miento sólo a los 17 años y por la novedad) he celebrado semejante día. Porque no sé, la Navidad tiene un por qué o Semana Santa pero, ¿el día de los enamorados? Bueno, creo que sería mejor el día de los amantes, ya puestos a elegir. Porque el enamoramiento es el estado de alelamiento del principio y es fácil de sentirse así pero, si fuese el día de los amantes, es decir, de los que se aman creo que lo celebrarían bien pocas parejas actualmente. Porque ya se sabe que eso de amarse de verdad está demodé, está out y ya no desfila por Cibeles ¿Será una forma de controlar la tasa de natalidad? Digo, porque cada vez somos más y más en este planeta y los recursos son menos y menos. Y de alguna manera se ha de controlar esto, como con las enzimas. Algún proceso de feedback por el cual dejemos de tener descendencia. Si se acaba el amor y las relaciones no duran, ya me diréis quien tiene narices de ponerse a tener hijos. Bueno, claro, se pone Cristinita y sus mini urdangarinitos, o la spice pija que ya tiene familia numerosa de la de antes (o sea, 4 chavalines). Y estos me parece que mucho no van a mover la economía de este país. Hombre si acaso chupar de ella. Y hablando de chupar y del día de los namoraos, me parece que el martes me haré una pajilla a mi salud ¡qué narices! ¡porque yo lo valgo!
(PD: Acabo de escribir como si hablase con mis amigas y nadie me fuese a leer)

Fallas en Huesca

Demandamos una justicia de una forma bastante poco justa a veces y al hacerlo de esa manera lo único que entiendo es que no merecemos lo que pedimos. Acabo de leer en los periódicos que en Huesca capital (me da lo mismo, en Zaragoza también podría haber ocurrido) como cerraron los bares a la hora estipulada por la ley, como reivindicación se dedicaron a prender fuego al mobiliario de la ciudad e incluso a los árboles. Digo yo, ¿qué culpa tienen los árboles? Y también digo ¿qué forma es esa de reivindicar un horario más amplio para los bares de marcha? Consideran que la ley es injusta para con ellos, porque supongo que a los vecinos del Tubo no les parecerá tan injusta. Desde luego si yo viviese por las cercanías y tuviese que aguantar constantemente el griterío no me haría ninguna gracia. Si se quiere luchar por algo que consideramos justo se debería luchar de la forma más justa posible. Quizás lo que más me ha molestado no ha sido que hayan protestado, ni que hayan prendido fuego a las cosas. Sé que lo que más me ha molestado ha sido que le prendan fuego a los árboles. Una manada de 500 personas creyéndose en derecho a que sólo ellos tienen derechos. A replantar un monte entero los ponía yo de castigo. (A veces soy un poco nazi)