27 diciembre, 2005

Cuento de Navidad

Dedicado a mi hermana.

Todos los años su padre las sacaba a pasear el día de nochebuena, así su madre podía preparar la cena tranquilamente sin nadie que estorbara en casa. Tanto ella como su hermana eran bastante pequeñas, entre 8 y 9 años. Lo malo de las nochebuenas era el “paseo”. Siempre acompañaban a su padre a hacer algún recado pero, iban de bar en bar con él mientras se tomaba una copa de coñac en cada uno. Al llegar a casa su padre se convertía en alguien totalmente desconocido. Era muy cariñoso con ellas, excesivamente cariñoso. Gastaba con ellas todo el cariño que no se atrevía a gastar con su mujer. Ese día la madre de ellas siempre se enfadaba porque veía como llegaba tambaleándose su marido de lado a lado del pasillo debido al exceso de alcohol en vena. La sensación que ellas tenían en el cuerpo el día de Nochebuena no era en absoluto agradable. Se trataba de un dolor de estómago muy fuerte y de miedo. Miedo a moverse y hacer ruido y que su madre pagara con ellas el enfado que tenía con su padre. Además de ganas de huir, porque siempre tenían que ponerse de parte de alguien. “¿Habéis visto cómo se pone vuestro padre? ¡Qué vergüenza!¡No lo defendáis!” Mientras toda la mañana se la habían pegado advirtiendo a su padre: “Papá por favor no entres al bar que se va a enfadar la mamá” “Éste es el último al que entro, que necesito entrar al baño” Y siempre había de camino varios últimos bares. Así que crecieron temiendo la Navidad, cuando todo era tensión en el ambiente, malos rollos y enfados. Hasta veintitantos años más tarde. Una Nochebuena, vino la hermana de su madre también a cenar a casa. La madre estaba más alegre y relajada que nunca riendo y bromeando con su hermana. El padre no bebió en exceso y también se encontraba más relajado que nunca. Las ya no niñas se encontraron en su antigua casa, con sus hermanos, sus tíos y sus padres y de repente nació la verdadera magia de la Navidad. Se hicieron las 3 de la mañana y nadie quería irse a la cama. Tuvieron que esperar 30 años para tener su primera Nochebuena realmente Buena y mereció la pena.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

Ohh, que bonito! Creo que la Nochebuena era igual en muchas casas. Menos mal que los tiempos cambian!

Raist dijo...

Aunque sea tarde, la Navidad siempre llega...

Sofía B. dijo...

Agridulces navideños

Buttercup dijo...

Hoy me pierdo por aquí poseída por el espíritu navideño para desearte un nuevo año estupendo.

Yo celebraré los 6 meses que cumple Buttercup brindando por todos aquellos que compartieron alguna vez mis paranoias mentales.

Muac!

susej dijo...

Pues me alegro que por una vez fuera buena, y espero que se repitieran.

Feliz Navidad y todo eso. :)

Pow dijo...

Escalofriante. Ni siquiera el final ha podido calentarme el espinazo helado que se me ha quedado...
¡Brrrrr!

Anónimo dijo...

Felicidades a las hermanas que han podido celebrar, aunque sea por una sola vez, la Navidad en familia.

Buttercup dijo...

Ojala sólo sea un cuento o un mal sueño.

Anónimo dijo...

Lo que no has contado son los 'condimentos' que os tomasteis en la cena..... :oO

isterica dijo...

Jajaja! Sortilegio, fue en Navidad, al día siguiente de Nochebuena cuando le dimos a mi madre el cigarro condimentado.

Deckard dijo...

Bueno... has hecho ya el backup de tu blog? ;)

Espero que no te haya molestado. Era una pequeña bromita.

Besos.
D.

Elisabeta dijo...

Bueno, al menos llegaron a conocer lo que era una verdadera navidad...una pena que el padre tardara tantos años en querer regalarsela..Besotes!

Isthar dijo...

Aunque fuera tarde pudieron disfrutar de una navidad sin miedo. Por desgracia no todo el mundo ha encontrado ese punto en que poder hacerlo...

Anónimo dijo...

Pero por fin supieron ver la magia de la navidad.
Feliz año nuevo

Unknown dijo...

Hola!!!
El relato que nos regalas representa las navidades en muchas casa que conozco. Es bonito saber que algunas veces la vida da un giro y las cosas cambian para bien... Este cuento es la reafirnmación de que siempre hay una luz al final del tunel. Gracias por compartirlo con nosotros y te invito a leer el mio.

Bito dijo...

Hostia pues incluso me jode el final... me hubiera gustado más que esa navidad, treinta años después, hubiesen partido los cojones al padre y le hubiesen arrancado los ojos y la lengua a la madre, que para el caso, ya era muda y ciega de antes.

Txiki dijo...

Bonito. Has podido perdonar y arreglar el pasado. un saludo!

Pipero dijo...

Al menos alguna vez llegaron a conocer lo que era el espíritu navideño, pero entre tanto... lo que pasaron, verdad?, fuera en navidad o en el mes de mayo...
Un abrazo y buen año.

Azena dijo...

qué triste... me remite a los años malos... :'(

Anónimo dijo...

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