Buenas Personas

A ver, de buena persona tengo lo normal, lo que todo el mundo. Ni mejor ni peor. Lo que sí intento es tener pensamientos positivos, más que nada porque es bueno para mi salud mental. A veces, como en el artículo anterior me sorprendo de haber tenido un pensamiento positivo acerca de algo que realmente me provocaría uno negativo. Otras mis pensamientos de odio y desprecio se apoderan de mí y entonces con mi razón o mi consciente, intento controlarme y tirar de las riendas para que ese no sea el caballo ganador. Y en otras ocasiones mi razón debe echarse la siesta y a lo que se despierta es demasiado tarde. Con esto quiero decir, que sé cómo soy, que no voy de “qué maja y buena persona que soy” porque sé que soy pues eso, como en todo, de la media. El artículo anterior no lo escribí en plan auto-propaganda, más bien fue en plan “Coño! Qué sorpresa! Me ha salido un pensamiento bueno en vez de un púdrete cabrón”
Y en realidad, lo que sientas en cada momento no sé si es exactamente lo que hace que las personas sean buenas o malas. Creo que lo que las diferencia es el poder que ejerce sus mentes sobre sus sentimientos viscerales.