05 septiembre, 2006

Fiebre

De vez en cuando sale en acción el monstruito que llevo dormido dentro de mí. De momento consigo dominarlo, pero en esas pocas ocasiones en las que sale, me es bastante difícil tenerlo a raya. Ni aún con una silla y un látigo consigo que se aplaque. Y es que aunque no tengo 15 años de vez en cuando me siento como si los tuviera. Es la magia de las hormonas, que sobre todo en las mujeres sigue un ciclo bastante exacto. Así que cada cierto tiempo se me revolucionan y no hay quien las pare. En el trabajo más o menos puedo dominarlas, ahora eso sí, que me vuelvo excesivamente simpática y hago el tonto en demasía. Menos mal que dentro de un orden muy correcto. Lo malo es en entornos en los que sé que no hace falta ir con tanto ojo. Entonces me relajo y sale el monstruito de mí sin darme cuenta. Hasta que empiezo a avergonzarme de mí misma. Cuando llego a ese punto decido meterme dentro de mi propia cabeza y no relacionarme, por temor a “relacionarme de más”. Y ahí es cuando en ensoñaciones dejo al monstruo que se expanda y haga lo que quiera. Entonces la temperatura corporal, si me la tomaran, creerían que estoy enferma. Y después de vivir una realidad paralela en mi imaginación, vuelvo a salir al mundo exterior con el montruito dormido hasta que despierte otra vez.

5 comentarios:

KAMELAS dijo...

Ves como tenia yo razon y dentro de esa cabecita no me iba a aburrir nunca ??

Besos con aspirina

Antonio dijo...

buen mostruito.... de vez en cuando nos hace comportarnos como "pekeñajos", y eso, hoy en dia, tiene mucho valor :)

LA CAÑA DE ESPAÑA dijo...

Noooooooooooooooooooooo, no lo controles. Yo tres de cada dos días estoy con el mostruo... y lo que me divierto?¡¡¡¡
Un saludo.

susej dijo...

Pues entonces sería un buen momento para que relataras que se pasa por esa cabecita.... ;)

*Laura* dijo...

Eres una monstrua??? nunca lo habría dicho la verdad!!!.