De Zgz a Castellón

En el barco de Luz de Gas que se encuentra en el puerto, cerca del Maremagnum. Decidimos que por qué iban a subir solamente los extranjeros y que aunque una consumición nos costase el sueldo, por una vez, nosotras lo valíamos. Yo no tenía un gran día, de hecho tenía un día de pena. Y eso que había mejorado bastante porque era mejor para mí saber que ya todo había terminado a seguir con esa incertidumbre y ese nudo en la garganta que me impedía respirar. Es como bajar una pendiente e ir perdiendo el equilibrio. Sabes que te vas a dar un golpe pero, no sabes en qué momento. Tienes miedo de caer pero, casi tienes la seguridad de que vas a terminar en el suelo. Pues prefiero el dolor y el sabor de la sangre en la boca que el sentimiento de no saber cuando te la vas a dar. Hacía unos meses que no fumaba. “Camarero por favor, una botella de cava y un paquete de Nobel”. Nos fumamos unos cigarros y nos bebimos la botella de cava. Al menos ella me estuvo apoyando todo el rato y me animó. Me dio otro consejo más de los suyos. Pueden ser más o menos acertados pero, a mí me funcionan. Quizá porque el mero hecho de que al aconsejarme, ya implicaba que me quería y de que estaba allí ayudándome a levantarme cuando me caía. Muchas gracias por cada momento a mi lado.